Uru frente a un caño roto en el baño.
- Mi hermano es plomero, si quiere le digo que venga...
Uru: - Bueno, decile...
- Le dije a mi hermano si podía venir y que no le cobrara mucho porque era mi patrona...
-Ah ta ¿ qué te dijo?
- ( Sonriente) Que ¿ qué le podría cobrar? ¿ Dos o tres chingazos?
- !!!!!!!
Juro que en mi inocencia de los cuarenta y pico no sabía que quería decir la palabra "chingazo".
El hombre nunca se imaginó que la broma familiar trascendería el ámbito del hogar.
Llamé a otro plomero, por las dudas.