-"Hijo, arreglate el auricular que te para las orejas."
-"Siempre tengo las orejas así."
Lo miro detenidamente...
-"Tenés razón."
( Veintiun años diciéndole "nene, no sos orejudo, son cosas tuyas" y arruino todo por un momento de distracción...)
Caí al fondo de los fondos. Despojada de todo...sólo así pude comprender. Dicen que con un milagro sos beata. Mi milagro es haber sobrevivido. Se que nada es igual. Nunca seré santa pero las culpas quedaron allí...en ese lugar frío y oscuro al que nunca más volveré.
-"Hijo, arreglate el auricular que te para las orejas."
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