Fui a una manicura que mientras limaba mis uñas me hizo un comentario elogioso sobre mi pulsera. Le contesté que era una fantasía que había comprado por pocos pesos en una feria muy popular. Con voz de desdén me dijo que nunca va porque "los puesteros son bolivianos, bajitos, morochos, todos iguales..." La observo: su piel es marrón, lleva el cabello negro y lacio peinado con raya al medio y atado atrás, su nariz es ganchuda y sus ojos oscuros. Tengo ganas de terminar su frase: "...iguales a ti ." De inmediato recuerdo que hace un tiempo me prometí no entrar en discusiones inútiles y además, ella porta un alicate y literalmente me tiene en sus manos. Respiro hondo y desvío la vista para encontrarme con la podóloga que asiente con movimientos de cabeza los comentarios de su compañera. Tiene el cabello muy ondulado, la nariz chata, la boca carnosa y la piel de mulata. De nuevo callo porque tiene el torno prendido y mis pies muy cerca. El fin de semana en una reunión escucho a una lesbiana hablar sobre Hitler y sobre los judíos. Le recuerdo que el loco fascista quería una raza pura donde no entraban los homosexuales y que con los "rioplatenses cruza de razas" se podría haber hecho un festín. Me mira y me pregunta qué tiene que ver lo que digo con su comentario. Me distraigo para otro lado y allí está una amiga despotricando contra una mujer ( no presente, claro) que se casa y según ella tiene un amante. Me meto en la conversación para decirle que seguramente por eso la novia anda tan feliz por la vida y que quizás el "desliz" sea la despedida de su soltería. Me contesta con cara de loca que ella NO admite esas actitudes. Le preguntó si ella fue infiel y me contesta inmediatamente con un ¡ NUNCA! Le recuerdo que soy su amiga, que tiene otra oportunidad para responder y que lo que yo no me banco es a las hipócritas. Y ya me meto también y sin querer a etiquetar. Hace años tengo un sueño recurrente, voy conduciendo un auto y una cantidad de vehículos vienen en sentido contrario. Yo pensaba que venían a contramano hasta que hace unos meses comprendí que la que manejaba mal era yo. No todos debemos pensar igual pero tampoco tenemos que obligar a los demás a que piensen o actúen como nosotros y menos a discriminar de esa manera tan alevosa. Tratar de razonar con cierta gente es desgastante y nada provechoso, derroche de energía al santo botón. Si puedo contenerme y no opinar, pienso "uyyy qué pena que andes por otro nivel de evolución". Igual no puedo evitar ese sentimiento de impotencia que nunca quiero transformar en bronca pero a veces....