Ayer en la sala de espera de un consultorio médico escuché conversar a dos veteranos. La mujer comentó sobre el doctor de la consulta y el hombre le contestó que no estaba y que atendía otro. A partir de ahí comenzaron una charla que llegó a un límite surrealista. La señora que empezó alabando al médico que pensó que estaba siguió con rezongos acerca de la falta de información de la mutualista. Continuó con un "Así nos matan y no pasa nada" y a continuación y no se sabe por qué entró en una letanía de: "Vio como le gustó el dinero a éstos" "Vio como le gustó el dinero a éstos" ... mirando fijamente a su interlocutor, que a esa altura estaría renegando de haber cruzado miradas con una extraña. La conversación tuvo su momento culminante cuando la doña empezó a divagar sobre una ley que obligara a toda la población a donar sangre. " Ya va a ver, dentro de poco sale una ley por la que todos vamos a tener que entrar por esa puertita a donar sangre porque usted sabe que nos pueden sacar una determinada cantidad de sangre y no nos pasa nada y entonces va a salir la ley en las que nos obliguen a donar cincuenta gramos de sangre." El hombre, que ya se había alejado un poco de la charlatana, haciendo que ella gritara aún más, le contestó dos o tres veces hasta que ella lo escuchó: "Pero yo tengo setenta años". - " ¿ Y eso que importa? Mientras la sangre sea sana y limpia no importa la edad. Cincuenta gramos de sangre sana y limpia, todos por esa puertita". Bueno, por lo menos con el show, se hizo más corta la aburrida espera.