Ayer soñé de nuevo con esa casa, un lugar enorme y despejado. Cuando me sueño allí siempre soy más joven. Mi madre me hablaba de la muerte naturalmente, sin espanto. Hace unos días también soñé con mi madre en esa misma actitud comprensiva de todo. Ella estaba con mi padre, al que yo rezongaba mucho...pero él me ignoraba y yo no lograba que mi madre conociera su verdadera naturaleza. Hay días como hoy en que quisiera tener padres vivos para amar o para odiar y saber que hay un lugar en el mundo donde puedo acudir cuando me siento triste, cuando me canso de ser fuerte. Un lugar donde siempre está Mamá. Mamá sin vida propia, modelo de lo que yo no quería ser. Mamá con los brazos abiertos para que me hunda en ellos y me olvide de todo. Un lugar donde me sienta protegida y a salvo, donde sea, simplemente, una hija.