martes, mayo 29, 2007






En mi infancia hubo una vieja que se quedaba con las pelotas. Su hogar estaba a un nivel más bajo que la calle, rodeado de muros que daban a un hueco que era su jardín y al fondo del terreno se encontraba la casa. Era una fija que en cuanto empezábamos a jugar la pelota cayera en su patio - ¿ atraída por la ley de gravedad? - pero nadie se animaba a bajar. Y de pronto, desde su habitat, asomaba la cabeza de la doña rezongando y mostrando el trofeo esférico que no entregaría. La señora era gorda, de cabello oscuro y enrulado y tenía en su cara un lunar con un pelo (¡ completita!). Por supuesto que siempre usaba polleras rectas y hasta las rodillas. El marido, para completar el sustito, trabajaba en el cementerio. Los dos tenían fama de saber vida y obra de todo el mundo y él era un clásico, siempre sentado en el murito junto a la escalera que descendía hasta su madriguera. Pasaron los años, crecimos, pero los cónyuges del subsuelo siguieron maltratando generaciones. Hasta que llegó el día que el señor hizo de su trabajo su hogar definitivo, o shea: ¡ palmó!. Y la señora sufrió una metamorfosis, adelgazó, se cortó el pelo, se puso pantalones y una sonrisa permanente, empezó a salir de paseo y un buen día se consiguió un novio. Sus charlas mutaron de los chismes de barrio a sus andanzas románticas contadas con mucho humor para horror y deleite de sus congéneres no evolucionadas. El gusano transformado en mariposa no resistió al rioba que le pagó con la misma moneda con la que ella lo había tratado por años y un día emigró a otros aires. Hace un tiempo me enteré que falleció y que quien la acompañó y cuidó hasta su muerte fue el galán que hacia estragos entre las veteranas pero que en ella encontró a la compañera con la que resistió las habladurías y los desaires de quienes todavía no habían salido de sus crisálidas. Siempre hay tiempo para cambiar, para vivir, para morir sabiendo que su paso por este mundo no fue sólo para asustar a los gurises de la cuadra.

8 Comments:

At 31 de mayo de 2007, 12:22:00 a. m. UYT, Blogger SoloKieroGritar said...

Nunca es tarde para convertirse en mariposa.

Besos uru

 
At 31 de mayo de 2007, 9:57:00 a. m. UYT, Blogger FL said...

Che, pero la mariposa podría devolver los balones, ¿no?

 
At 31 de mayo de 2007, 11:36:00 a. m. UYT, Blogger DOS EN UNA (unidas por el pelo) said...

ja!.tenía uan vecina asi, pero encima usaba peluca, y nosotras le tirabamos mierda y bosta en la vereda....
tu vecina encontro matraca apropiada...tarde pero seguro....

 
At 31 de mayo de 2007, 5:17:00 p. m. UYT, Blogger Unknown said...

Muy buena la parábola de la mariposa y su metamorfosis. Nunca es tarde para cambiar, gran frase...

Pero la mejor frase de todas es la que se me ocurrió al terminar de leer todo el relato.

¡¡Como se ve que esta mujer necesitaba la alegría de un hombre que la atienda bien!! ja ja ja ...

 
At 31 de mayo de 2007, 8:16:00 p. m. UYT, Blogger lauruguacha said...

SKG: ¡nunca!
fodor: quizás se guardaba los balones para rellenar el terreno!
dos: y seee...no hay como una linda matraqueada.
el mago: ¿ hay alguna duda que el culpable de su infelicidad era el sepulturero?

 
At 31 de mayo de 2007, 11:43:00 p. m. UYT, Blogger Miyita said...

¿Será que a veces nos dejamos arrastrar por la amargura, por la pareja inadecuada que tenemos al lado, por lo gris de la vida?, que bueno que la gusana cambió, imagina si muere siendo la misma gusana toda la vida uyyyyyy, mello. (miga via botar la pc a la basura me dejó plantada por horas hoy snif) besotes muchos y grandes

 
At 1 de junio de 2007, 12:34:00 p. m. UYT, Blogger lauruguacha said...

Uy miyita, ayer pensé que te habías desmaterializado! Que se arregle su pc!

 
At 23 de junio de 2007, 1:51:00 p. m. UYT, Blogger Gustavo said...

¡Que historia!
Como para una película de Almodóvar.

Saludos desde este frío.

 

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