viernes, julio 31, 2009

Escuchado en un ómnibus:
- "Ya estoy en el onibus".
-"Voy en el ornibu."
-"Ya me subí al ognibu."
Uru piensa: "¿ Y si en vez de comprarnos taaanto celular nos compramos un diccionario, rrrreverendos hijjjjos de putaaaaa?????".

Bajando de un ferry en Buenos Aires:
-"Y ahora nos tomamos un colectivo."
-"¿Lo qué?"
-"Un colectivo. Aquí no se dice orgnibu, se dice colectivo."
-"¡Paaara! ¡Deja deja muchacha!"
Uru piensa: "Ni aquí ni en ninguna parte del mundo se dice orgnibu. Digo yo: ¿No es más fácil decir ómnibus, manga de perezosos en la lectura?"

sábado, julio 25, 2009

Recuerdo que en la parada seis subió alguien que se sentó a mi lado y tenía olor a fritura. Pensé uyy espero no marearme. Lo próximo fue sentir un ruido entre sueños y al abrir los ojos ver una cantidad de personas preguntándome si estaba bien. Un delincuente ( un "plancha" según el indignado chofer) había tirado un cascote al ómnibus, el que rompió la ventana junto a la que yo iba durmiendo. Los vidrios, convertidos en una arenilla, cayeron sobre mi. Con tan brusco despertar no entendía nada, me sacaban los vidrios, me aconsejaban no tocarme los ojos, de mis manos salía sangre y sentía un ardor en mi mejilla derecha producto de los minúsculos cristales que me habían provocado poros con sangre. El resto del viaje, en pleno invierno, fue como viajar en moto, ya que la ventana siguió quebrándose hacia adelante. Pararon en el peaje de entrada a Montevideo para avisar a la policía pero eso no bastó, ya que al llegar a la terminal y concurrir hasta la emergencia, tras de mi entró un hombre que había corrido la misma suerte que yo pero en otro ómnibus. El 8 de diciembre del año pasado comenté sobre esta nueva moda de tirar objetos a los vehículos que transitan por las rutas. Quienes los hacen son asesinos en potencia que pueden provocar un accidente. Cuando vi el pedazo de piedra que cayó sobre mi pensé que tuve un Dios aparte, quizás porque "el plancha" parado en la ruta, se enfrentó al ómnibus y apuntó al frente, el guarda comentó que cuando lo vio se agachó para esquivarla y a mi ventana entró casi de costado y no de frente, salvándome del cascotazo fuerte pero no de la lluvia de vidrios. Desde el año 1980 viajo regularmente a Montevideo, la primera vez que sentí a un chofer pedir a los pasajeros que cerraran la cortinas para evitar que las piedras nos lastimaran fue en el año 2006, hoy día ya es normal, lamentablemente. Espero que no se convierta en una costumbre aceptada ¿ Los concesionarios de las rutas no tendrían que cuidar que ésto no sucediera? ¿ Será muy complicado estacionar patrulleros en las zonas más peligrosas? Son los accesos a Montevideo desde el Este y el Oeste y en el caso que comento fue viajando hacia Montevideo desde Punta del Este, un poco antes del segundo peaje, son zonas pobladas, los inadaptados se divierten cerca de sus casas. ¿ Cuándo reaccionaremos? ¿ Cuándo tengamos que lamentar alguna víctima fatal?
¿ Sueño pesado yo? Noooooo :-)

jueves, julio 16, 2009

Caminando por el barrio veo venir en sentido contrario a una conocida pareja sexagenaria y empiezo a saludar con la mano sin obtener respuesta del otro lado. Al cruzarnos el señor me dice: "¡Uru, es usted, es que como siempre anda llena de colores nos extrañó verla vestida de negro!".
Entro a la sede de la asociación que agrupa a los que ejercen mi profesión y una de las empleadas me dice que habían estado comentando que de todas las socias la que más cambiaba el "look" del cabello era yo.
Una colega me dice como al pasar que recuerda una clase en facultad donde la profesora les decía que para trabajar era conveniente tener un estilo clásico y en lo posible usar polleras y chaquetas ( yo no recuerdo esa materia y me parece un bolazo para decirme solapadamente que no le gusta mi forma de vestir).
Me sorprende comprobar que diferente puede ser la imagen que tienen los demás de nosotros de la imagen que nos hacemos de nosotros mismos.
Nunca pensé que alguien me pudiera desconocer por vestir de negro o que los cambios de mi pelo llamaran la atención y menos que a una colega y amiga le disgustara que no usara pollera ni abusara de la planchita para el pelo.
También puedo contarles que el año pasado engordé bastante y estaba convencida que el lavarropas me achicaba la ropa y nunnnca se me pasó por la mente que el H de P sólo achicaba mis prendas y dejaba perfectas las del resto de la familia.
Esto último debió de haber sido un ataque de resiliencia.

sábado, julio 04, 2009


RESILIENCIA
"Se la entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas." Edith Grotbey. 1998.
¿ Tendré ataques de resiliencismo? =o)

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